Recuerdo cuando era pequeña, como de unos ocho años tal vez, o tal vez menos, mi papá siempre me hacía notar la proximidad de los juegos olímpicos de aquélla época; en mi casa era como una fiesta muy grande, una celebración especial y así lo disfrutaba, cada cuatro años siempre se ha estremecido mi corazón al saber que se celebra tan maravillosa fiesta, porque para mi así lo es. Probablemente muchos ya no se dejan sorprender por estas cosas y es lamentable, bueno trato de ver la parte buena de todo esto, si ya se que pueden decir y la mercadotecnia y si los problemas de China y el Tibet y si la economía y todo lo que invirtieron y etc., etc. etc., pero yo he decidido no ponerme a pensar en eso, sino tomar la parte de la alegría de la gente, los chicos que ensayaron por tanto tiempo para hacer su presentación perfecta, los atletas que realmente son atletas y se prepararon para llegar a estos juegos, incluyo también me olvido de que estaban ahí George Bush y Vladimir Putin, si...los vi pero...de inmediato los hice a un lado ( no se si estuvo bien pero asi lo hice ), yo lo que quería era ser feliz. Y es que ahora a casi más de veinte años de aquellos tiempos, recordando a mi papá veo por televisión e internet con mayor emoción la inauguración de los juegos, y a veces lloro de la emoción, ya no se si por acordarme de mi padre o por ver todo lo que sucede en los festejos, por el desfile de banderas no lo se, creo que es todo en conjunto.
Solo me resta desearles mucho éxito a los que participan en los juegos, que disfruten mucho su estancia allá, que le echen muchas ganas y simplemente eso, que todo sea excelente.
Por cierto, ¡felicidades a Paola Espinosa y Tatiana Ortiz por su medalla!
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