Me miró a los ojos fijamente, me sostuvo fuertemente con sus manos, tomó mis brazos y me apretó fuerte y me dijo: ..."¡Ya Basta!, ya me cansé de tus necedades y de tu actitud, me cansé de que no confíes en mi."...
Seguido a eso me arrojó al suelo, no estaba enojado estaba llorando como lastimado, como dolido de toda esta situación y de la forma como yo estaba llevando mi vida, ahora entiendo que no era así porque Él estaba conmigo y por eso mismo yo no debía tener miedo.
Después de esto me dijo: ..."¡Levántate y sigue!, eres lo suficientemente fuerte para continuar, pero confía en mi, porque yo estoy contigo, yo no te voy a abandonar nunca lo he hecho y nunca lo haré."...
Me incorporé con muchas dificultades, aún con lágrimas en mis ojos por todo lo que estaba ocurriendo, con un inmenso dolor en mi corazón porque reconocí que me había equivocado sin embargo, Él seguía conmigo, seguía a un lado mío pero estaba muy serio, mas bien como pensativo, como concentrado en algo importante que tenía que trabajar. Me acerqué un poco más a Él y lo tomé de su brazo, yo estaba muy cansada y solo me recargué en él, me sentía asustada pero Él seguía conmigo, nunca se fue.
26 de Mayo de 2008
Crónica de una Emergencia.
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